Podría decirse que una de las primeras asociaciones que se escapan tienen que ver con una guerra por una estupidez que no compete a nadie y sin embargo es tan importante, o más, que respirar.
Diferencias étnicas, políticas, sociales, culturales, económicas, y de género?, son atravesadas con un guión insoportablemente bien armado, y una captura de detalles tan ínfimos y bien logrados como hacer aparecer el miedo al abrir una puerta y no saber qué encontrar, mostrado desde la espalda de una mujer. Hiam Abbass, en el papel de Salma Zidane, la rompe!!, y la acompañan Ali Suliman, como Ziad Daud, y Rona Lipaz Michael, como Mira Navon.
El malo de la peli es Doron Tavory, como Navon, un burócrata que se deja llevar, hasta casi me hizo creer que se muere de verdad, que sabe cuál es y va por ella… como que sabe cómo jugar…
ah! si, lo del género está con un signo de pregunta… suelo hacerlo para no olvidarlo…. La batalla se da entre ella, con ellas mismas, por ellas mismas… creo que es femenina en el punto en que cada una se pregunta constantemente qué es lo que defiende y qué es lo que quiere, y la intuición, al fin, es la que la lleva a la verdad, esa verdad amargamente feliz, símbolo de paz, perdón, futuro…
El signo de pregunta es tal vez más para mi que para la película, pero sin ninguna tamaña tragedia podría decir, también, que el tema va por ahí… la huella es por ahí…
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