Organizada por el programa “Cátedras Populares” e impulsada desde el Ministerio de Desarrollo, la charla debate se realizó en la sede de la U.N.R., desde una perspectiva historicista y reformuladora.
El evento comenzó a las 19 horas, con casi una hora de tensa espera a los mayores representantes defensores de la ley, entre periodistas y cámaras locales, con la ausencia esperada de Canal 3 y Canal 5, pero ni Gabriel Mariotto, ni Eduardo Seminara concurrieron a la reunión por inconvenientes personales; entonces, Gustavo Bulla, uno de los redactores de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, tomó la posta con palabras que pisan fuerte: “La revolución es indomable”.
Con esta frase, y luego de un recorrido de los hechos históricos que marcaron el nacimiento y progreso del Estado Nacional hasta los actuales días, y con un Bicentenario por festejar, se enmarcó la exposición. Desde la revolución, hasta los diferentes planes políticos económicos que se ejecutaron en el siglo pasado, la moderna dictadura que se extendió por Latinoamérica, y el último dique que calma el río democrático, la anterior época neoliberal de los noventa, fueron sucediéndose en la línea de tiempo que Bulla nos recordó.
“Estamos en un gobierno que está comprometido a destruir mitos”, aseguró, y discutir leyes, o una Ley de Medios que es peor, en año de elecciones no prometía ser una estrategia adecuada según contrapartidistas, pero se siguió adelante y hoy está dando sus frutos. Era necesario que apareciera un nuevo actor social, porque ya no se trata del dinero de algunos pocos, sino de la calidad de información que reciben, y de la que son capaces de dar, los cuarenta millones de ciudadanos argentinos.
En comparación al esquema de embudo correspondiente a la construcción de ferrocarriles en el país, los medios están igualmente distribuidos; todos parten desde Capital. Y eso que de todo el continente, a excepción de Estados Unidos y Canadá, Argentina es uno de los países más “cableados”. Instalaciones realizadas por empresas privadas, claro, porque hasta donde dicta la ley que se aprobó durante la dictadura, el Estado sólo transmite allí donde el mercado y la demanda para los capitalistas son de pobres ganancias.
“Fuera de la General Paz no se producen ficciones”. Dato no tan extraño que dejó correr Gustavo por la sala. Y es inevitable preguntar: ¿En Formosa tendrán el mismo día lluvioso que los porteños?, la respuesta posee aires de elegancia contundente: “Será día de shopping, entonces”. Pero a los formoseños eso no les dice nada, y resulta complicado creer que en Chaco la mayoría tenga piscina o swimming-pool para pasar el verano. Una vez más, no se trata de unos pocos, sino de las voces de muchos, muchos ciudadanos distanciados por unos pocos. Y más aún si contamos otro proceso convergente: La TV digital.
Si nadie puede dirigirse a más del 35% de la población, ya no hay concentración. Menos concentración aún, si el medio que produce contenidos no está asociado al que los distribuye. Y así, la transferencia de licencias “es la tergiversación del sistema de licencias”, y esto se debe regular también, porque es un bien finito, entonces privilegiados quienes lo utilicen.
Esta valorización económica de algo gratuito fue lo que se ensució entre los pases en mano de las últimas tres décadas. “Sin ser autores, somos intérpretes y participantes de la lucha por un modelo de sociedad más democrático, con un nivel de acumulación de fuerzas cada vez mayor.”, así dijo el coordinador nacional de Cátedras Populares, Daniel Ezcurra, cuando le tocó su turno en uno de los eventos más importantes, que mientras busca salirse del apodo de “políticas kirchneristas” para centrarse en lo que más le interesa: la democracia.
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