Estoy leyendo Historia y Análisis Político del Lesbianismo, en donde se plantea el lesbianismo como espacio social y todo lo que me surgió en el posteo anterior...
Esta revolución sin necesidad ni espera me está agotando, literalmente. Es un exceso de frustración sentirse a la deriva constantemente. Todo lo que leo y/o/u escucho tiene alguna resonancia en mi que nunca sale dispara, por parecerme disparatada, aún cuando me resulte divertida.
Un doctor me puso un aparato que escucha el cuerpo desde una especie de auriculares, me hizo preguntas sobre mi sapiencia consciente de los síntomas y todos y cada uno de ellos se manifestaba bajo la misma palabra: desorientada. De allí, de la máquina, sustrajo una medicina fabricada por dicho artefacto que se basaba en una "gotas con anda" (supuestamente, ondas que mi cuerpo necesita para equilibrarse).
Tal vez sea demasiado personal, pero casi nadie lee este blog, y de las 60 entradas, 55 son mias. Ya no puedo decidir mi orientación y/o/u elección sexual. Vaya a saberse! Se me ha ocurrido que tal vez, sea lo que practique, y nada estoy practicando, más que un inagotable manoseo a mí misma.
"La nena" de Irina Montsalvat llevó al extremo la paja...
En Chile, discuten la politización del lesbianismo a través de Gabriela Mistral, y yo que ni sé a dónde voy, sigo dudando, pues no ocupo ningún lugar fuera de mi casa. Un espacio prestado dentro de un hogar que estamos formando con mi nueva prima Eva.
pequeñas paredes en blanco me rodean. Vendrán los cuadros. Y ocuparán un espacio. Donde yo los ponga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario