domingo, 3 de abril de 2011

Manifiesto de la Sinceridad

Nos comunicamos día a día. Nos mostramos momento a momento. Nos reflexionamos, cuándo?

Hoy me dieron muchísimas ganas de escribir en el blog... porque vengo acumulando cosas, pensamientos, sentimientos, vida que no puedo dejar de repetirme como si quisiera acordarme de ellos para no olvidarlos nunca, y creer, con esta lógica, que podré llegar a identificarme con ciertos asuntos desde cierta perspectiva (y esto tiene que ver con darle sentido a la vida) y así poder describir mi vida para encontrar la Huella - histórica, personal, social, colectiva, cultural, y todo aquello que me remita a mi, y por esto el carácter aparente de "diario íntimo" del blog-.

Cómo fue el día. La cronología como orden establecido por un/unos exterior/es que hacen a ciertos bordes de la Huella.

Me desperté temprano, por ser domingo a las 9:30 de la mañana es temprano. Me tomé la pastilla para la Tiroides y seguí durmiendo... A las doce estaba conectada. Hacía un montón que no me daba tiempo para andar por la red y me sentía en falta (? - respuesta: no llegué a conectarme con ese otro mundo y se me pasaron noticias, eventos, chistes... puf!).

Almorcé con Celeste y Sergio. Son dos compañeros de "hogar" en el Hostel Lourdes. Aquí es donde estoy viviendo desde el 8 o  9 de marzo, luego de que trabajé en el turno noche encargada del lugar, del maldito timbre y de la limpieza del lugar. En el fin de semana largo anterior, los días de carnaval se dieron como feriado nacional y Rosario se llenó. En el hostel hay lugar para 21 personas. Tres habitaciones de las nueve son para una persona (en la grande vive Héctor, el dueño, en las pequeñas de la parte superior vivimos en una, Celeste, y el la otra yo), otras dos para dos, otras dos para tres, y otras otras dos que son para cuatro. Tiene dos baños, dos cocinas, una heladera, sale $60 la noche en lo que se incluyen las sábanas, y/o $550 al mes, en las piezas compartidas.

Así estoy hoy. Aunque ya no trabajo más porque el dueño lo quiere vender y me deja quedarme hasta que consiga algo y parta.

Vuelvo al día de hoy (ayer, domingo... ya se me hizo tarde).
A las cuatro y media de la tarde pasó Georgina a buscarme. Ya dedicaré un post sobre ella, lo más copado para resaltar es que con ella soy yo, a ella le gusta que sea yo, me dice constantemente como soy yo, y yo no lo puedo creer.
Anduvimos caminando de la mano por la calle, bajo la lluvia, nos fumamos un porro en dos lugares distintos, nos besamos, nos abrazamos, y charlamos mucho sobre cómo somos, cómo nos sentimos, y lo bueno que está. Creo que ella se dió cuenta de que yo no tengo un flash con ella, pero cree y espera (y a mi me vendría genial - será otro post?-) que con el tiempo sucederá, me enamoraré.

Luego de esta romantica cita, me acompañó hasta la puerta de la casa de Adriana, donde algunas compañeras de la Biblio nos reuniríamos para "Automotivarnos". No voy a escribir sobre lo que hablamos, pero fue realmente motivante. Las que estabamos nos sentíamos igual en varios sentidos, con algunas personas, ciertas formas, comentarios pasajeros, sentimientos negativos y malas ondas de malas yerbas ajenas. Y nos motivamos y va a haber revolución. Y me salió, sinceramente, mi lado más anarco-zurdo-violento.

Y ya entrada la noche, volví caminando con una de las "cumpas", y nos sentamos en la puerta de una casa cualquiera, con la pizza que había sobrado en la falda, nos prendimos un "puchito", nos reímos un rato, y le dije algo parecido a lo que voy a escribir de lo que recuerdo (invento?), que hasta a mi me sorprendió: "si la perspectiva con que se encara algo, sea una charla, por ejemplo, y lo haces así, sinceramente, como te sale; no importa si te sale bien o mal, aunque no me parezca que la sutileza pueda ser administrada conscientemente, siempre se piensa lo que se va a decir, o por lo menos la mayoría de las veces. Si lo decís así, como te sale, no te arrepentís. Y ya no se trata, después, de defender una posición. No hay nada que defender. Existe por sí mismo. Más tarde se podrá aprender algo nuevo con eso, pero no implica un "deshacer" imposible que a veces queremos hacer".
Bueno, hasta yo me marié, pero fue algo así.

Nos despedimos, ella me dijo "cuidate"; se me ocurrió decirle: "No te digo chau porque quiero volver a verte" pensando en un "hasta luego", y volví al Hostel. me fumé un cigarrilo, subí a mi pieza, y ahora que estoy escribiendo, me está dando sueño, y mi vida se transformó en un bello cuento.
Dulces sueños.
Sinceramente.

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